Los Mohos


La señora de la limpieza bailoteaba distraida por el gimnasio al son de sus auriculares, ajena a las miradas de la gente, en su propio mundo de musica con olor a desinfectante.

La musica era su forma de combatir al tedio. Los boleros la ponian contenta mientras el mocho se reflejaba en las baldosas resplandecientes, las rancheras le gritaban al oido al pasar la balleta por los espejos y los pasodobles la hacian doblar el paso para terminar cuanto antes con el interior de los retretes.

Las zapatillas de casa, su calzado habitual de trabajo, dibujaban unas figuras perfectas en el parquet fregado con vinagre, y el vuelo de la bata ondeaba como las notas ondean en el aire. El ruido que hacian los guantes de goma contra el palo de la escoba marcaba un ritmo que las personas ajenas a sus privadas canciones no olvidaban en todo el dia, y si el pelo no hubiese estado recogido con una rejilla seguro que tambien habria hecho algo raro que tuviese que ver con compases o semicorcheas.

Las ultimas notas de un acordeon acompañaron perfectamente a unos fluorescentes que se apagaban ruidosamente, y la cancion entrante marcaba al son de trompetas la ultima habitacion del dia.

Mientras arrastraba el carro que portaba los productos de limpieza, la señora fruncio el ceño contrariada por esa jodida sensacion de dos canciones que se solapan y juntas forman un sindios, asi que apago su walkman de cassettes y se puso los auriculares de gomaespuma a modo de collarin.

Eso le permitio oir desde la sauna un coro angelical que cantaba una cancion de unos estadounidenses años cincuenta, a capella y con probablemente un bajo de oscuro timbre haciendo de voz grave provisto de un bigote.

Era imposible que a esas horas de la noche hubiese alguien en el edificio, pero nuestra intrepida amiga empujo la puerta hermetica de la sauna valientemente dispuesta a utilizar los consejos que habia leido en las revistas de recepcion. Estaba preparada para cualquier cosa, excepto quiza para una bizarra mutacion de humedades cantando perfectamente afinada.

Interrumpieron su bom bom sh-bum pawindo al verla aparecer, y gritaron al unisono algo de un gato.

La señora de la limpieza cerro de golpe, dejo caer la fregona y se fue para su casa. Al dia siguiente cambio de repertorio musical.

Se paso al metal.

1 humano diciendo cosas:

Unknown dijo...

Cuando te has preguntado que cojones era el dibujo ese y te llevas un rato preguntando que coño tiene que ver con la historia... el final es cojonudo =)