Version de la imagen de portada de la programacion del Teatro del Mercado de Zaragoza para el ultimo trimestre del año.
Analicemos esta imagen.
Un tipo con traje elegante, camisa y cinturon impolutos. Lleva un cuchillo de carnicero en la mano, con el que acaba de cortar un ladrillo de la pared. Toma claro. En lo alto, cubriendole la cabeza una mascara enorme de un jabali de oro. O aureo. Y una tirita en el dedo gordo de la mano libre.
Muy bien muy bien. Todo perfecto, logico y sano. ¡Pero que pasa!
Bocadillo de tortilla para el primero que me explique la historia que ha llevado a este hombre a llegar al momento en el que se encuentra. O bien la historia de los creativos que idearon esta ida de olla eterna.
4 humanos diciendo cosas:
Uff, resulta muy difícil el asunto... Lo único que "parece" comprensible es que, al tratarse de un mercado, el autor ha querido dejar claro que es un mercado... de carne, donde hay carniceros que cortan ladrillos, vestidos de traje con una máscada de jabalí puesta. ¡Ah! Y una tirita.
Lo demás, no puedo. Lo siento. Se escapa a mis posibilidades.
A no ser que ponga el listado de obras de teatro que van a representarse en ese Mercado suyo de Zaragoza, la cosa está muy complicada.
Está clarisimo. Es parrus en el huerto de su padre. La cabeza de jabalí navarro me hizo sospechar, pero lo que lo delató fue su machete. Sobre la tirita del dedo, todos sabemos que parrus siempre va cubierto de postillas y cardenales, lo raro es que use tirita. Pero bueno, tampoco hemos visto nunca a parrus bien vestido, así que igual lo hace para disimular. Lo del ladrillo debe de ser algo de un sueño, y como todas las cosas que se interpretan en los sueños, quiere decir sexo.
Por cierto tío. Has puesto un montón de tildes.
jajaja
Vale, vale. Por ahora gana la version del señor mundodiscocho. He de avisar que hago unos bocadillos de tortilla bastante optimos, asi que la suerte esta de tu parte.
Por otro lado, no pienso revisar mi texto a lo tonto. He levantado la tecla de tildar y se la he dado de comer a mi mono.
¿Nos va, al fin, a descubrir el secreto que hay detrás de ese fabulososososísimo cartel?
Muérome de ganas, ciertamente.
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