El Espececimeen (Lease Con Voz Intrigante)

El sonido del candado al cerrarse le asegura total privacidad en su habitacion, o como a el le gusta llamarlo, su centro de operaciones.

Entonces el y su pijama con bolicas salen del encuadre, y eso deja via libre a la camara para tomarse su tiempo y realizar un barrido por toda la estancia, manera inmejorable de poder mirar el cuarto sin parecer unos fisgones.

El sol de media tarde dibuja unas lineas en el suelo y en dos de las paredes gracias a la ayuda de su enemiga la persiana. El polvo hace que los rayos sean visibles incluso en el aire.

Ahora observemos con atencion los muebles, por llamarlos de alguna manera. No existe un armario como tal, pero unas taquillas metalicas hacen el papel perfectamente. La poca vestimenta que nuestro especimen utiliza reposa en el fondo de cualquier manera, pero un cinturon altamente patriotico se yergue orgullosamente bien doblado sobre la montaña de arrugas.

Lo que en una habitacion normal seria un escritorio de tamaño mediano, aqui hace las veces de capilla improvisada, ayudandose de un espejo al que el paso polvoriento del tiempo robo el poder de reflejar. En el marco reposa una foto de su anciana madre, y unas velas siempre encendidas dan a la instantanea un aspecto envejecido, como una foto del siglo diecinueve. Justo al lado, una fiambrera con demasiados usos observa impotente el cambio de color de unos huevos duros.

Como era de esperar, no hay ninguna silla, ya que ha sido sustituida por dos ruedas de camion una encima de la otra, un asiento mucho mas comodo y acorde con la personalidad del singular ocupante, donde va a parar.

De la cama no vamos a hablar demasiado. Unicamente reseñar que lo mas parecido a un cambio de sabanas que ha visto ese somier fue cuando le dieron la vuelta al colchon. Mejor no preguntar el por que de la vuelta.

Nuestro desgarbado individuo ocupa la esquina restante, manejando algo que no podemos distinguir dentro de otra taquilla. Parece que tiene los ojos vendados. Un sonido encaja con otro de manera milimetrica, y los dedos palpan con la seguridad que da la experiencia haciendo que el objeto A combine con el objeto B logrando el objeto final E.

E de Escopeta.

Satisfecho mira la marca del cronometro, y tras santiguarse en el altar-escritorio, sale por la puerta. Le oimos por el altavoz derecho, asi bajito "Es la hora de matar Ewoks". El sonido del cargar la escopeta acompaña muy efectivamente el fundido a negro.

3 humanos diciendo cosas:

H@n dijo...

cruel y despiadado!

Ocho dijo...

Ahi me la estoy jugando.

Que sepais que si yo caigo, caereis todos conmigo.

H@n dijo...

chan chan chaaaaaaaaaaaaaaaaan

continuará...

(dime que continuadá podfa podfa podfa!!!! y zi no, no despido y me convieto en peda!>_<)