Como su propio nombre indica, esta anciana frecuenta los hospitales y clinicas de todo el mundo e incluso de Portugal, velando por los enfermos, acompañandolos en sus paseos por los pasillos y haciendoles compañia en las butacas de las salas de espera. Y es un ser magico, como ya he dicho antes, porque no existe. Bueno, si que existe, pero ni tu ni yo podemos verla. A no ser, claro, que estes leyendo esto desde tu lecho de muerte, que entonces si que la veras, porque uno de los superpoderes de la Yaya Hospitalaria es que unicamente pueden verla los moribundos, los gatos y las tortugas. Y la gente de Murcia.
Asi es. Cada persona del mundo ha pasado los dias previos a su muerte en compañia de esta vieja, que podria ser una especie de Muerte de nuestros dias, o una enfermera muy atenta y disponible las veinticuatro horas. Ahueca las almohadas, cuida el nivel de la bolsa unida al cateter, canturrea y silba con sus labios desdentados y cambia el agua de los floreros. La Yaya Hospitalaria vela por la gente terminal, y los reconforta en sus ultimos minutos, susurrandoles cosas que ninguna persona viva ha oido jamas. Algunos dicen que desvela el verdadero sentido de la vida, otros tienen la teoria de que te cuenta lo que viene despues. Yo creo que lo que te dice es alguna receta de estas milenarias, como la de la bechamel del joseluis por ejemplo.
Asi que la cosa queda asi. Si alguna vez entras a urgencias y ves a una simpatica abuelita haciendo punto con un quebrantahuesos dormitando sobre su chepa, sabras que esa herida supurante es mas grave de lo que te habria gustado pensar.