El Hombre Muletilla

- Hola señor. ¿Señor? Disculpe señor, ¿que esta haciendo? -la reportera caminaba apresurada por la cuneta de la nacional microfono en mano, atada irremediablemente por una cuerda en la cintura a su compañero de trabajo y penurias, que llevaba una camara demasiado grande y resollaba fuertemente-. ¿Señor?

El hombre se dio la vuelta en una complicada maniobra que recordaba vagamente a las formas de andar de un cangrejo. Sus pasos sonaban como un xilofono.

- Co pues aqui estamos co. Cada uno se gana la vida como puede, que esta la cosa muy mala. Co.

- Aja. -la deformacion profesional de la reportera habia llegado a limites insospechados debido a demasiados programas grabando la miseria. Era muy dificil impresionarla-. ¿Pero esta seguro que esta bien esto que esta haciendo? ¿Eso son armas quimicas verdad? -pregunto como si nada.

- Pues si. Co, tengo un poco de todo ¿sabe usted? Hay que estar preparado en esta vida y adaptarse al medio co. Esto de aqui son bombas racimo, que les he metido yo mismo un poco de cocaina y algo de matarratas para hacerlas mas destructivas. Co. Y esto es un misil aire-aire al que le he clavado un par de estrellas ninja en la punta co, y asi hace mas daño. En el maletero tengo una miaja de plutonio doscientos treinta y nueve mezclado con chococrispis, ademas de sonajeros co, algo de sobrasada y tres jilgueros que cantan como los angeles envenenados con eso que tienen las ranas en la piel. ¿Tiene algun problema co?

- De ninguna manera buen señor, yo estoy aqui para relatar la miseria de la sociedad sin hacerme participe de ella. Es mi rollo de reportera.

- Co, correcto.

- Oiga señor, ¿y como es que no tiene ni brazos ni piernas, y como sujeta entonces estas muletas? -probablemente fuese una de las pocas personas en el mundo capaces de preguntar algo asi de la manera mas banal, como aquel que pregunta por la hora o el estado de las carreteras. Seguramente una cuestion asi la hiciese merecedora de algun tipo de premio que pudiese conceder una asociacion de gente despreocupada (AGD). Si es que se preocuparan de organizar ese tipo de cosas.

- Pues vera señorita, y lo que le digo se lo digo de verdad, y es que este es un barrio muy peligoso co. Lleno de gente muy mala a la que no le importa ni su vida co. Co, y lo de las muletas es algo sencillo co. Lo hizo un mago.

Un coche paso con el efecto doppler tocando el claxon, y un cabeza de cenicero asomaba la cabeza por la ventanilla del asiento de atras.

- ¡Borraaaaaaachooooooooo!

- ¡Hideputa cagontostusmuertos co! -el golpe de las muletas contra el suelo acompañaba perfectamente acompasado cada juramento-. Lastima te estampes na mas pasar la curva co. ¡Malnacido, hijo de la gran...

- Bueno señor, que muchas gracias por atendernos ¿eh? Ha sido un placer.

- Encantado igualmente co, tenga mucho cuidado por ahi ¿vale? ¿Co? ¿Me lo promete?

- Prometido. Muchas gracias. ¡Y suerte!

2 humanos diciendo cosas:

Irene de Blas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Brujadelnorte@infierno.com dijo...

Madre mía, me encantaaaaa!!
Un día verás, te haré pagar por todos los cuentos que me han gustado como este y uno maravilloso de un buho chulainas.
Hasta ese fatídico día, se despide con una reverencia.

La bruja del norte