La Mujer Puta Chimenea

La mujer puta chimenea lleva toda la vida viviendo en el barrio. Sale a comprar el pan embutida en su albornoz, caminando sobre unas zapatillas de casa que han visto demasiadas aceras. Saluda a todo el mundo sin excepcion, pero es muy selectiva a la hora de entablar una conversacion. Y cuando lo hace, cuando encuentra a alguien que de verdad merezca unas palabras, lo agarra por el brazo y desarrolla el dialogo estandar, consitente en tres partes, a saber: parte uno, preguntas de cortesia sobre los familiares de la victima (¿y que tal Andresito, ha aprobado todo este trimestre? ¿Y como le va a tu papa, le han dicho algo de lo de la vesicula? ¿Y tu primo, cuando salia de la carcel?). Parte dos, preguntas algo mas intimas (¿Y te funcionaron las friegas aquellas? ¿Y la infeccion de orina, ya se te curo totalmente? ¿Y los hongos ya desaparecieron?). Parte tres y final, chismorreos varios sobre enfermedades, muertes y desastres naturales (¿Y sabes el señor Gabriel? La policia se lo ha llevado detenido por plantar marihuana en el hall, y el alegaba que era para tratamiento medicinal. ¿y te han contado lo de Chichita, la del docebe? Mato a su marido, el pelirrojo, dandole muy fuerte con el palo de la escoba. ¿Y que opinas de la subida del rio? Mi hijo el pequeño se mojo hasta la rodilla mientras pasaba droga en el casco viejo, como te digo una cosa te digo la otra). Y siempre, siempre, esta fumando.

Por la calle, antes de verla a ella, se divisa una columna intermitente de humo, a cincuenta centimetros por encima de su cabeza. Su olor corporal ha ido cambiando con el paso de los años, y la nicotina impregna cada uno de sus poros, y es por eso que huele a tabaco incluso despues de ducharse. Pareciera como si su gel fumase tambien. Si uno se fija bien, en un dia despejado y lo suficientemente soleado, es posible observar con los ojos entornados un halo grisaceo amarillento acompañando cada uno de sus movientos. Aun asi es un personaje bien civico, y procura no fumar en lugares conflictivamente comunes, como los ascensores o la tiendita de ultramarinos, tan pequeña que todo lo que venden esta enlatado. En realidad da igual todo lo civica que pretenda ser, ya que su bata emite mas monoxido de carbono que ocho cigarrillos juntos. Y nunca lleva fuego. Los vecinos, cansados de que un aliento envenenado les asaltara por la espalda pidiendo candela, decidieron en la ultima reunion de la escalera llevar siempre consigo algo de lumbre, y ofrecerla de primeras.

La mujer puta chimenea ha muerto esta mañana, y por ironias de la vida, no tuvo nada que ver con el tabaco. Un encapuchado trataba de atracar la tiendita de ultramarinos, y la mujer puta chimenea lo atrapo bajo su bata apestosa y lo dejo inconsciente. Segundos antes el encapuchado, asustado ante la pestilente negrura, empezo a agitar el cortauñas que llevaba como arma del delito y asesto un tajo letal en una arteria fundamental. Poeticamente no hubo sangre, sino un humo gris que se esparcio como el hielo seco a ras de suelo y cubrio toda el barrio, una niebla que todavia dura y no tiene pintas de desaparecer.