Es Un Pipi


- ¿Y eso que es? -la nube de laca parecio dibujar una interrogacion en el aire, y el humo del cigarrillo, anclado a una boquilla de proporciones ridiculas señalo con forma de flecha la pajarera que destacaba entre las cacerolas.

- Un pipi.

Y el sonido producido por esa voz cantarina e inocente salio revoloteando desde los labios y se poso gracilmente en el cortex auditivo de una ausente agaporni, que hasta entonces se balanceaba levemente en su columpio. Y una vez posado en el cerebro, empezo a chillar.

"Es un pipi, un pipi". La afirmacion onomatopeyica retumbaba dentro de la cabeza del pajarito, rebotando por las paredes. Efectivamente, era un pipi. Tenia cuerpo de pipi, pequeño, aerodinamico y cubierto de unas plumas suaves y coloridas. Tenia igualmente alas de pipi, con una frecuencia de aleteo acojonante que le permitia orinar sobre la gravedad, ademas de volar. Tenia un pico, tambien como los pipis, diseñado de manera optima para comer alpistes variados y abrir pipas. Entonces... ¿Entonces por que no se sentia como un pipi?

Porque... bueno, no se puede ser un pipi con tentaculos, ¿verdad? Cada vez que cerraba los ojos, o un trapo tapaba la jaula intentando ser la noche, casi podia notar el movimiento tentacular de un apendice que pugnaba por salir al aire libre. Seguro que tampoco se podia ser un pipi devorador de humanos; siempre que alguien pasaba cerca podia oler ese delicioso aroma que llamaba desafiante a sus papilas gustativas y las invitaba a bailar. Y bueno, que se sepa ningun pipi contaba dientes dentro de su pico. La coleccion al completo. Con sus molares, premolares, incisivos y colmillos. Sobre todo colmillos.

Ostias, a lo mejor es que no era un pipi. A lo mejor era una bestia encerrada en el cuerpo de un pipi.

Salio de sus pensamientos y lanzo un feroz mordisco (que no picotazo) contra el dedo que jugueteaba frente a el.

- ¡Ou! ¡Pero es una bestia, esto!

- Pero es tan bonita...

Curucuchu


Volvio a repasar su dentadura minuciosamente, aguantando la respiracion de puntillas sobre el taburete.

- Mmmh...

- Aaay. Vamus payu, deja de mirarlu y decidete ya, que nu tengu tul dia, yu.

- Parece... -bajo de un saltito y la cota de malla resono debajo de la barba- Parece que esta bien, si.

- ¡Pues claru que esta bien! Miralu Man, el payupuni que descunfiadu es.

Man, er Manue, nunca hablaba. En realidad nunca hacia nada. Pero acompañaba siempre en toda transaccion comercial. Resultaba extrañanemente efectivo.

Desconfiado o no, el enano iba a tomarse su tiempo. Mientras pasaba por entre las piernas del animal, dando pataditas a las multiples rodillas, recordaba la conversacion con su esposa. "Sobre todo no te dejes engañar Romodelfierroson, que siempre has sido muy confiado -le habia dicho mientras se afeitaba-. Y esos gitanos se las saben todas. ¿Te acuerdas de cuando viniste a casa con aquella cosa para hacer tortillas?".

- En realidad parece estar perfectamente sano, si. Lo unico... ¿Que son esos bultos que tiene arriba? No recordaba que los unicornios tuviesen nada de eso. Y yo necesito un unicornio ¿eh?

- ¿Ahirriba? Sun lus musculus payu, tudus lus unicurnios bien entrenaus lus tienen. Ademas asi sun mas cumudus, ¿verdad Man?

Silencio.

- Claro claro, eso es cierto. Como un respaldo de piel, ahi voy a estar de lujo. Oye, y el cuerno, esta intacto ¿verdad? Necesito los beneficios magicos que aporta; se nos acaba el agua potable y nuestro hijo el pequeño se enveneno antesdeayer con noseque planta del huerto y habla muy raro desde entonces.

- Que me muera ahura mismu si este nu es el mejur cuernu que pueda tener un bichu destus. Miralu que grande y recticu lu tiene, tu tiesu parriba.

- Es que desde aqui parece un cucurucho hecho con una hoja de cuaderno.

- ¡Un curucuchu dice el payu! Man, ¿te parece un curucuchu a ti?

Silencio.

- ¿Lu ves, payu incredulu? Este unicurniu lleva añus tirandu del carru de la abuela de Man, que el cielu la tenga en su gluria. Le tiene muchu cariñu y te lu vende cumu un favur persunal, purque le caes bien.

- ¿Ah si? ¿Eso te ha dicho?

- Cumu me llamu Sanchez Heredia que me lu diju ayer mismu.

- Venga, de acuerdo. Me lo llevo pues. ¿Que quereis por el?

Los gitanos cruzaron una mirada de manera imperceptible, y Man asintio fugazmente. Sanchez Heredia esbozo una sonrisa.

- Una caravana.

- Pa su Mama.