El Individuo De Traje y Cuello Que Se Colo En Mi Lapicera


Cuando cogi la lapicera note algo raro, como eso que hacen en las peliculas que pasan imagenes a toda leche y entonces el protagonista ya sabe lo que va a pasar en el futuro y resuelve sus problemas gracias al sindios que acaba de ver. Pues bien, puedo asegurar con certeza que las revelaciones rebobinadas para adelante no son lo mio. Yo, que soy un poco mas lento que un protagonista de hollywood, no saque en claro nada mas que un pinchazo en la sien y un molesto tic en el parpado izquierdo.

Note tambien una ligera descarga, una corriente a velocidad luz que dio un brinco desde el grafito y recorrio mis huesos hasta el codo, con la intensidad justa para joder, pero no doler.

Pero pase de las señales. Yo es que soy asi, inconsciente e irreflexivo. Tenia un objetivo en mente y cualquier otra cosa me daba igual. Si hubiese venido un pequeño y anciano chino milenario y desde la penumbra de un rincon me hubiese indicado con un efecto chulisimo en el humo de su pipa que sobre mi lapicera habia una extraña maldicion con nombre de entremes oriental, simplemente le habria dado unas palmaditas en la calva y lo habria echado de mi habitacion. Que no se puede fumar copon.

Asi que haciendo caso omiso de la providencia y la serendipia, cogi la lapicera y empece a dibujar feliz y despreocupadamente.

Porque tenia una idea ya hecha. Tengo que reconocer que a veces no, que dejo la mente en blanco y que salga lo que quiera del papel, pero no esta vez. Una de las tontadas escritas en mi movil iba a cobrar vida en ese momento: ya se habia dibujado en el cerebro, asi que llevarlo hasta la hoja era solo una cuestion de tiempo.

Cuan equivocado estaba. Donde iba una linea recta, salia una curva. Eso que era un zigzag, se convertia automaticamente en un ojo. Las curvas del cuerpo de la bacteria, de repente se transformaban en una mano. Y todo con una suavidad inusitada, y eso que yo me esperaba que cuando estuviese poseido las cosas serian mas violentas, con espumarajos por la boca y rasgando el papel hasta romperlo, gritando tacos y llorando sangre.

Pero no. De la manera mas normal, salio un tipo extraño con cuello de caracol y perfectamente trajeado, con cara de no saber que hacia alli. Quien sabe, quiza el pensaba ir a otra parte y de repente se encontro en mi hoja.

Como cuando llamas por telefono y te contesta un anonimo gilipollas.

El Jefe De La Piscina

Si vas por ahi preguntando por el, lo mas probable es que la gente te mire como a un loco y se aleje poco a poco arrastrando el culo disimuladamente a lo largo del bordillo. Algunos seguramente te indiquen una persona al azar, solo por aparentar ante su señora. Otros graciosos te señalaran ese conserje barrigon que dormita apoyado en el palo de la fregona. Luego habra algunos imbeciles que escupiran con desprecio sobre tus pies. Los gilipollas.

Y es que al Jefe de la Piscina solo se lo ve cuando a el se le antoja.

Aunque si te fijas con el cuidado que da la distraccion, es probable que al final puedas distinguirlo de refilon por el rabillo del ojo, y unicamente cuando el sol refleje en su piel de cuero viejo.

Lo primero que se tiene que tener claro, es que todas las piscinas tiene un Jefe. Desde esa piscina olimpica con trampolines imposibles hasta esa otra cubierta de limo porque el cuñado no ha querido atenderla durante las vacaciones, o aquella sospechosamente tibia en la que unos niños sin capacidad para casi nada pasan las tardes medio flotando medio cociendose al sol. Todas y cada una de las piscinas en las que tu memoria se ha dado un chapuzon, todas, tenian un Jefe que regia solemnemente.

Es mas que probable que el Jefe estuviese antes que la piscina en si misma. Que tuviesen que construirlo todo alrededor de el. Que los obreros se pusieran a apilar ladrillos y ya hubiese alli un tipo paseando con aires grandilocuentes, examinando los materiales como si fuesen suyos. Los trabajadores darian fe de que era el que primero llegaba, y el ultimo que se iba. Quiza es que nunca se iba.

Porque nunca se va. Siempre esta ahi. Aunque no lo veas, el estara paseando por la orilla, mirando discretamente como los bikinis encogen a cada temporada, velando por los debiles y dando charla a los socorristas. Es el responsable de todo, cuida del cesped, de los hongos de los vestuarios, impone el precio abusivo de los helados, controla la temperatura bajo cero de las duchas-obligatorias-antes-del-baño, se preocupa de que el suelo sea los suficiente resbaladizo y mil tareas mas. Me juego el cuello a que el fue tambien el que empezo a correr el bulo del agua que se tinta con los orines*.

Y aunque casi siempre esta fuera del agua, de vez en cuando se da un chapuzon. Nada muy despacio, como solo saben hacerlo las personas octogenarias o los perezosos, como si nada le importara en el mundo. Y aunque el agua este abarrotada, hasta el punto agostiano en que la proporcion humano-agua cruza la barrera de lo decente, el tendra el espacio suficiente para ir en barco si quisiera (aunque no quiere, es mas de ir nadando al estilo yayo), como por arte de magia. Para hacerse una idea, es como lo de Moises dividiendo las aguas del mar rojo, solo que en vez de agua salada, aqui son lorzas, bañadores, cloro y humanos.

Asi que ya sabes. Si alguna vez tienes la suerte de cruzarte con el, guardale el respeto que se merece y disfruta del baño como si fuera el ultimo de tu vida. No todo el mundo tiene la suerte de poder decir que ha compartido fluidos con el Jefe de la Piscina.


* Porque eso queridos niños, como todo el mundo con dos dedos de frente sabe, es una mentira del gobierno que intenta controlar vuestros esfinteres mediante sucias argucias. Demostrad vuestra repulsa contra el sistema orinando en vuestra piscina favorita. ¿Liberador, eh?